En nuestro anterior artículo Qué son los metales y cómo se originaron, explicamos qué son los metales, cómo los procesos de evolución del Universo le dieron forma, y por qué existen en nuestro planeta.
Ahora es el turno de conocer su clasificación y propiedades físicas:
Clasificación
Los elementos metálicos se clasifican en distintos tipos, tal y como aparecen en la Tabla Periódica de los Elementos. Cada grupo presenta propiedades exclusivas.
- Metales alcalinos. Son brillantes, blandos y muy reactivos en condiciones normales de presión y temperatura, razón por la cual nunca se hallan en estado de pureza. Presentan bajas densidades y son buenos conductores del calor y la electricidad.
- Metales alcalinotérreos. Su nombre proviene del hecho que sus óxidos (llamados “tierras” antiguamente) tienen propiedades alcalinas. Son más duros y menos reactivos que los alcalinos, brillantes y buenos conductores del calor y la electricidad, además de tener baja densidad y a menudo colores.
- Metales de transición. La mayoría de los metales son de transición. Casi todos son duros, tienen elevados puntos de fusión y de ebullición, y además una buena conducción del calor y de la electricidad.
- Lantánidos. Llamados lantanoides o “Tierras raras”, forman los “elementos de transición interna” junto a los actínidos. Son elementos muy similares entre sí y muy abundantes en la superficie terrestre. Tienen comportamientos magnéticos únicos.
- Actínidos. Metales de altos números atómicos, muchos de ellos radiactivos en todos sus isótopos. Son sumamente escasos en la naturaleza.
- Transactínidos. Se trata de metales “superpesados”, que superan en número atómico al más pesado de los actínidos: el lawrencio (103). Todos sus isótopos tienen una vida media muy corta, pues son muy radiactivos y se han obtenido únicamente por síntesis en un laboratorio.
Propiedades físicas
Los metales presentan particulares propiedades físicas, tales como:
- Maleabilidad. Muchos metales, al ser sometidos a compresión, pueden formar láminas delgadas y homogéneas del mismo material.
- Ductilidad. Muchos metales, al ser sometidos a tracción, forman alambres o hilos homogéneos de material.
- Tenacidad. Se llama así a la capacidad de resistir a la fractura, cuando se somete al metal a fuerzas bruscas como golpes o caídas. Mientras más tenaz sea un metal, menos propenso a romperse será.
- Resistencia mecánica. Se llama así a la capacidad de soportar la tracción, la compresión, la torsión y otras fuerzas similares, sin ceder en su estructura física (deformarse).
- Conductibilidad. La capacidad de un metal de permitir el paso de una corriente de electrones por su superficie (electricidad) o de energía térmica (calor).
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